viernes, 9 de noviembre de 2012

EL MONTE ME DA DE COMER



En tiempos de crisis los recursos del monte y el mundo rural vinculado a los mismos es una opción que cada vez tiene más adeptos. No es fácil regresar a poner en marcha recursos forestales muy abandonados como es el caso de la resina. La desidia por este aprovechamiento forestal que requiere una importante mano de obra, el poco apoyo insititucional, y la fuerte competencia del producto procedente de China y Brasil, principalmente en las últimas décadas, llevó al sector a su total desmantelamiento, resistiendo un escaso tejido empresarial vinculado a la resina y dejando las masas pinariegas a su suerte. Cuando esto ocurre en un ámbito tan reducido como el forestal es muy díficil levantarlo y volverlo a poner en valor. Afortunadamente la apertura de una nueva fábrica en Cuéllar y la coyuntura de crisis ha hecho renacer el interés en la resina volviendo a demandarse la apertura de caras en los pinos que en tiempos dieron riqueza al mundo rural. Un mayor apoyo al sector implicará nueva riqueza a estas comarcas apoyándose en recursos viejos, dificilmente deslocalizables. Intrépido y valiente es aquel que en estos tiempos apuesta por quedarse en el mundo rural y aprovechar sus recursos. Ahora sólo falta una buena politica de apoyo a estas iniciativas, identificando sus problemáticas y sus necesidades. Una de ellas es precisamente el proyecto Sust Forest de la Unión Europea en cooperación con Portugal y Francia, que impulsa el desarrollo de la actividad a través de la mecanización de la extracción de la resina. Os dejo con un especial sobre la vuelta al mundo rural a partir del minuto 30 podemos ver los resineros segovianos.

1 comentario:

  1. Mi padre se dedicó muchos años a la resina, desde niño la trabajó con su padre. Hasta que aquel sector se desmoronó por la competencia de nuevos químicos y el traslado de la producción a China, fundamentalmente. Si la información fuera libre ya caeriamos en que lo de la resina es otro tocomocho para llenar los bolsillos menos escrupulosos. Una pena, la verdad. Tanta propaganda va a dejar a muchas personas con menos dignidad que la que tenian en sus ciudades.

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